Nacer es una deriva, se mezclan, entrelazan, se desean o no, se desean y emerge una… una… entre tantas, siempre en devenir, como al azahar, aroma, misterio, el azar, naturaleza, entre tanta riqueza natural, juego, destino, estrategias en los encuentros, amores des amores, arqueología de internas emociones en el desfiladero, en búsqueda del fluir, siempre buscar el flujo desde gélidos páramos que se derritan en hilos de agua, humedales, colchoncitos verde grisáceos a filos, rocas habitadas, musgos, briófitos, hilos de agua, quebradas, ríos, hilar, contextualizarse entre sustancias, territorio madre, textura de universos todos a descubrir.
Auto exiliada se nace, se elige o no se elige, y posesa de sonidos en el ´vibrato´, emerge llanto, risa, palabra que se hace de misterios, el oráculo, es mi verso, troncos, caracolas, piedras, alas, plumas, reflejos, hiervas más intuición, encontrar la percepción de mundo, entre encuentros con memorias,selva de niebla, niebla de mar, la infancia, la fantasía, ocultos, pesadillas, sueños, aleteos.
Invoco, evoco, juego, magia, siento, me encuentro y descubro oracular, universos que me alimentan, silencio percepción, energía que emerge al flujo, a la quietud, piedra, rigidez, risa, conciencia, danza, cantos... manía? tristeza? Origen de pulsos interiores en búsqueda, siempre en búsqueda, vegetal, mineral, animal, noche inmensa, estrella delirio atardecer rama, musgo acontecer, desbordamiento, sueño. ¡Dónde la mar?
Mar,
telúrica,
madre tierra
parida en las profundidades
soy “negra” y sin parir soy,
fértil, hembra mujer, capote, hojarasca,
maraña, raíces, redes,
cama de semillas
Me sumerjo en la otra,
la oculta,
la sepulta historia,
reconozco orígenes,
fría, húmeda, jugosa,
tierra siembra, suelta soy,
tierra mi camino
Olorosa a selva, reconozco mis abismos
vertiente de sol, vertisol, tierra negra,
humus humana
agua, sacra,
influjo
siembro en ésta memoria,
alba en que bebo de las rocas
sortilegio cotidiano, espora de locura
y soy suelo, inspiro suelo,
pienso como suelo, siento como suelo, soy
diminuta más allá mil veces que la arena
soy negra tierra habitada
2002 Boquía, Salento, poema de la serie Tierras, Expedición Sentír-fica al pasado
publicado en LA POESÍA AL CORAZÓN DE LA TIERRA, II ENCUENTRO DE MUJERES POETAS “EN EL PAÍS DE
LAS NUBES” En el camino del Café. 2004
Quien eres?
Nadie, Nainde, Nadies, NN y así me fui yendo por el mundo
para ser NADIE.
mar Margarita Rosa Tirado Mejía, Velásquez, Rojo,
Arango Peláez, Tirado, Mejía, Tobón, ¿’? Palacio, ¿’? Saldarriaga
esa dicen que soy, y solo soy en relación a esa historia,
suceden experiencias, y como animal humana, en familia, con ella, con sus
conceptos, protegida, con un diseño particular del ser al interior de algo
mayor, creando pensamiento y formas de amar, sentir, enredar, tanto cuidarse de
lo que los otros dirán y condenarán, sin revirar la norma, esa la creación de
la identidad familiar, individual en la ilusoria construcción desde la
división, los juicios, el miedo.
Para ser somos territorio, y para ser y seguir los absurdos hitos, mandatos, mojones, de división en reinos minerales, vegetales, animales, en competencia y destrozos, los animales humanos en olvido de quienes nos habitan, microbios, parásitos, células, vida-maga, de cómo somos entrelazando los mundos, de nieblas, manglares, nuevas y escarpadas geografías de nuestra volcánica y ardiente diversidad.
Diletante en los misterios que me llaman, entro en oscuridades, laberintos y viajes de soledad. El designio mandato es reconocernos sociedad, esa construida para mantener el absurdo, los poderes antropocéntricos y en ella debemos avanzar, ser las mejores, no importa la trivialidad que ésta represente.
Mar, así me firmo, es mi herejía ser hija receptora de la fuerza lunar inagotable, fuente de laberintos y emociones, y de cómo me explota en el acto creativo la necesidad de ver, redes de raíces, brechas de conciencia en ésta realidad de cambios, las ramas y cuerpos de piedra, agua, energía que se funde y se funde en rizomas, la vida misma, alquimia, reto que nace de los sueños, imbricación de las nubes que me hablan; existo para transformarme en cada respiro, en cada bocanada de sol, en los pensamientos y formas de ver el mundo de quienes comparto o me tocan, cada mirada que penetra mis entrañas, me sorprende y renueva, me trans porta e incita a lo nuevo.
Personalidad de fuego contenida en luna de agua, soy por los encuentros, soy porque somos, como aprendí de Desmond Tutu, encrucijada soltando los cristos y el sacrificio, y latiendo la compasión, enredada en el amor y el desamor, domadora de mis impulsos de posesión y de furia, de timidez, y extraños y largos silencios, la rebelde de mis quietas y seguras estructuras, quien cuestiona obligaciones y tareas en la cercanía a la realidad, pretendiendo deshacerme de las falsas interpretaciones y mentiras... ¿de cuál humanidad, la dividida en razas o linajes, provengo? ¿Cómo suceden los silencios, los ocultos, los in visibilizados, las historias borradas, las voces disidentes? a qué hora puedo yo contener esta desbordante materia que, en
camino, recodos, zanja, sustancia, fugas, amores se ha ido haciendo? (1985)
Me descubro en el
juego magia memoria que alimenta, ya que es del silencio,
percepción del afuera y obnubilada por dentro, energía que
emerge en el flujo ondular en camino
desconocido
a la conciencia,
rescatar la
risa, más allá de aliarme de nuevo a las tristezas y el gemido
plañidero del designio, lucho contra la desolación,
estoy de luto
porque
se me ha muerto
la tristeza
(Niebla
de mar 1978)
no ser la esperada, no cumplir la expectativa, sentirme fuera de lugar,
del cuerpo, del color de la familia,
ser nombrada negra en la línea
paterna, diferente a mis hermanas, “negra,
gorda, torpe, imprudente, metepatas”, viví el dolor del
rechazo, percepciones de marca, discriminación, separación en un ambiente
de confort, amor, iglesia, normas, bienestar y el arribismo
inyectado para parecernos al que está más arriba por status y dinero, la
apariencia; hacerme paso, aprender
a caminar con pies planos, sin arcos hacia el mar y con una flecha
interior que me lanzó en tantos momentos al vacío, sirena sin raíz buscando flotar,
ABYA
YALA, y el Buen Vivir... la buena vida, tejido-acción-concepto-sutura de pueblos
ancestrales del planeta tierra, poblaciones originarias desde la Patagonia,
hasta Alaska;
Y
nosotras y nosotres, las que recordamos el agua como sustancia, limpia, cristal
de luna, piel desnuda, magia del respiro, medicina en plantas,
piedras
cobijo de miles pequeños seres, microorganismos con niveles de complejidad
insospechadas, barro arcilla, manos emplastos, pilones y granos, aromas y
llamados, selvas aposentos de misterio, humos tierra de humanidad, brebajes en
cántaros, alimentos, chicha, frijol, ñame, papa, maíz, dundo, maíz quebra´o,
fermentos, ensauchado, descascara´os… colar, cuajar, amasar, amar, convite,
textura
de leña mano y fogón de canto, horno de barro… memorias, grabadas en ella, mi
maestra, aunque ella aún no lo crea, Minerva, mi nana.
Salomón,
su tío, plantas, remedios, cura la picadura de culebra y quién le heredó?
Partos
en río, compañías, familias extendidas, y las mujeres sanando las heridas,
guardando cantos en sus senos lácteos… salvadas por la serpiente del marido
borracho, embarazada, menstruante, la expansión
de conciencia en el rito de la vida, y la paciencia y el silencio y la rebeldía
obligada al mutismo, ah la cabeza gacha, su látigo sobre nuestra luz haciendo
sombra, cama en la oscuridad de semilla para resistir su civilizadora
violencia, laberintos en la fuerza y la memoria que pervive a través de siglos,
en camas y redes de raíces, como los mágicos peinados de símbolos y lenguajes, los
territorios salvados en resguardos, reservas naturales, biodiversidad del
planeta, semillas de siglos, ejemplo de diversidad en las múltiples lenguas, cuerpos,
elecciones al deseo, diversidades, pueblos, seres de la tierra, tierra amarilla,
azules, rojas, negras, tierras culturas, mezclas, orígenes, manglares, montañas, salitres, páramos, campos
libres de venenos…
Los
vivos, las vivas, las vivencias del desplazamiento, familias, pueblos a ciudades,
arrastrados a no ser ni llamarse, a suprimirles el nombre, burlarse de sus
lenguas. Lenguas de sabor a Darién, Atrato, Yute, Istmina, San Juan, Acandí,
Ugandí, Bojayá, El Valle, Condoto, negados a pronunciar el dialecto propio,
bembá, bemba, la risa arrecha, polecía sin centurón, que´n endevida e la
muñiga, cuando el mérico venga de Merellín.
Y la
burla blanca mestiza sobre la diferencia, nuevos son los sones, tantos los
dialectos, y la burla hiriendo el ser y lo que es raro, para quien no entiende
la diferencia… los chócoros y el bitute,
a cantar en hilado Wonuna, Wounan, Emberá, Cholo, ciénaga, selvática, ohh
hilando u a y vé subiendo y bajando uhhh
a i vé
la ere en vez de ele, dialectos…
cantos
otros sones, otros pasos, la vastedad de lo propio.
No
nombrarse es morir,
sentir la tristeza por la burla es
callar,
Yaser, Josefa,
Nenca, Alizon, Dominica, Gregorio Chimbilo, Demerio, Kilele, Bambasú, Cumbasá,
Indulfo, Simoneto, salir de la tierra, del territorio familia, asimilarse a sierva,
empleada, campesina, sin nombre, sin lengua y con miedo a la discriminación.
“Plegarias
de Barro, luto, acción en devenir por les ausentes”, desplazadas, despojados.
Fotos
Antonieta Muñoz Chilena, en el Performance Plegarias de Barro, Luto, FESTA Bogotá, Colombia.
Dar-recibir,
escuchar, transformar y resignificar, conociendo la generosidad de la Pacha mama,
orgánicos, comunitarias, cuidadoras, protectores, comunes unidades en torno a
la milpa, fogón, cosecha, pesca, minga, proyectos de vida en donde son, somos UNA,
UNO, latir de los desaparecidos, buscamos, hurgamos en la tierra la memoria, somos
latir de masacrados, somos seres naturaleza en relación con los ciclos, flujos,
en reverencia y agradecimiento sagrado, horrando la vida, nutriéndonos
mutuamente en florecimiento, amor, dignidad, respeto, conexión desde adentro,
para estar en equilibrio.
Climas
en relación mítica sagrada tierra, barro, cuerpo, sol, estrellas, luna, mareas,
los tiempos de siembra y de cosecha los ritos y mitos. Nacimiento, amor, vida,
muerte, ciclos de suspiros y respiros. Muerte natural, enterramientos y ritos
de pasaje.
ABYA
YALA, la vida buena, vivir con lo esencial, la abundancia, la risa, las
estrellas, el amor, la cosecha, sin que eso sea “limitado, ni precario”. ABYA YALA la fiesta, la ceremonia, el fuego
común, danza, cantos, chicha, compartir, ser animal, amanecer es ser Una y Uno,
seres de la tierra, seres supremos en el coexistir. Y se ha sobrevivido a los
egoísmos, al acaparamiento, a las restricciones de almas-cuerpos, rapto a los
tesoros de la diferencia, homogeneización a las normas de la invasión y la
guerra, la guerra con permiso para matar, masacrar, despojar, etnocidios,
violaciones, a todos los cuerpos, niñas, ancianas, jóvenes, recién paridas, y
las normas juzgan de satán y desalmados a los pueblos, y buscaron “exorcizarles
como salvajes” con una cruz y libro Biblia que les arrodilló al desconocerles y
su violencia redimida en lingotes, guerreros invasores, colonizadores,
secuestradores que buscaron suprimirles.
Vistieron
sus cuerpos-eros-natura, les bajaron la cabeza y a través de lenguaje, les impusieron
conocimiento, cultura, economías, religión, gobierno, vestidos. Modificaron
casi por completo las relaciones no homocéntricas que existían, entre
poblaciones y naturaleza, en todos los ecosistemas del planeta, hasta vivir desde
la resiliencia el despertar de la profecía, almas-cuerpos libres y en conexión,
minga, bastón, círculo, organización, autonomía. En el encuentro águila-cóndor,
de sur a norte, luego de más de 500 años sus cantos y voces viven, invocando,
con sus bilingüismos, que aprendieron a formarse y mantener los necesarios
invisibles entre quienes protegían los misterios. Casi logran desaparecerles,
les necesitaban mano de obra esclava,
barata y el barro habla, se desliza entre sangre y aguas, se descuaja, cuenta
la historia en espíritu, los cuerpos en minga saben de memoria, aún a latigazos,
fatigados, enterrados en fosas, son esencia del amor, poder del estallido en los
corazones que clamamos territorios, autonomía, libertad de las dictaduras
coloniales, económicas, religiosas. Esta última la más dura y difícil de
superar. Se toma la voz de lo visible,
se hacen cantos y arengas en la lengua dominante, los ríos subterráneos tienen
sustancia de siglos.
Hoy el AbyaYala,
se hace en las calles y marchas se hacen de Chacanas, mandalas, mingas, ollas
comunitarias en cuerpos coloridos, semillas que resurgen del glaciar de las
indiferencias de los dominadores.
Sentipensar
la existencia humana en relación siempre en relación, dándole sentido a cada
ser y hacer en el acontecer cotidiano, la relación con sol, luna, aguas, fuentes
de vida sagrada, la pacha mama, tierra abundante, generosa qué proporciona los
ritmos, el aprendizaje, la casa, cobijo, alimento, vestido, creación en la
posibilidad de relación en ella, con ella, desde adentro.
Dentro
de los procesos de crecimiento del mestizaje unas adaptaciones en relación al
capitalismo, posesivo, los yugos impuestos por el lenguaje expandido, hábitos,
mayoritarios en las formas de actuar, en lo urbano, de hacernos civiles,
símiles en la diferencia de clases sociales desde el poder adquisitivo. La crisis
causada por la reciente, joven y déspota especie humana, ha llevado a la mayor parte
la población del planeta a vivir en ciudades, con hábitos de consumo exagerado
y necesidades a esos derivados del petróleo, los “recursos de la tierra, oro,
plata, uranio, hierro, coltan, etc”, la dependencia a las tecnologías y cuando
nos damos cuenta a penas, ahora de que las formas de esclavitud que hemos
llegado a vivir, vienen de tan lejos, malgastando nos y malgastando materiales,
convirtiendo en desechos y basura la vida de tantos hasta llamarles
innombrables, desechables, indigentes, obligando educando consumidores para la
economía del intercambio, del capitalismo, riqueza para pocos, hábitos que hemos tenido como seres
humanos que se han basado en la separación.
Momento
de mutación, salto de eras, cambio climático, dobles y triples cuánticos,
robots, satélites para ser habitados una vez se haya cuasi destruido el planeta,
proyección de la vida fuera en el espacio, viajes estelares sin importar de
nuevo las consecuencias de la contaminación planificación de edificaciones en
la luna, y al unísono voces en círculo
cantando, corazones hilando, latiendo, tejiendo, sintiendo, escribiendo,
danzando, sintonizando sueños de amor, y buen vivir, amando nuestro planeta y
sus interrelaciones, abriendo puertas a los seres interestelares, reconociendo
el hambre, tanto dolor por hambre entre el desperdicio y los excesos.
Sabemos
ya, que el pensamiento se inyecta desde la supremacía y las verdades impuestas,
que nos muestran los errores y horrores del dominio, irreversibles, el
calentamiento global, el derretirse los polos, dejar sin hábitat a tantas
especies fundamentales para el equilibrio de la vida… la explotación del ser,
de la tierra, de sus riquezas, la capacidad de hacernos vivir bajo los conceptos
racionales de la física, la matemática, la medición de la naturaleza como
recurso y considerar que todo debía cuantificarse y nombrarse por encima de la
vida, de la sensibilidad y diferencias,por encima del bienestar para la
humanidad.
Recordemos
que son tan solo 73 años de la Declaratoria de los DDHH, inclusión, acuerdos
entre países por encima de la barbarie del acaparar, controlar, dirigir, violar,
usurpar, que han estado por encima de la complejidad de la vida, de la
generosidad de las relaciones biológicas, y los entramados misterios, la sensibilidad,
las diversidades, de quienes han logrado pervivir como humanos en cohabitación siendo
naturaleza y asimilando los códigos, leyes, normas de los dominadores. Al 2021, vemos aún los respetados Derechos,
amnistías que se dan a las guerras, y sus guerreros, es inconcebible que sus
estrategias de violencia, robos, traición, incumplimiento a los acuerdos,
atrocidades, destrucción, despojo, torturas, masacres, sean vigentes y permitidas,
y estemos dominados por esas fuerzas destructivas y acaparadoras, Así se
crearon en la historia del planeta los Estados, las normas de la sociedad
basadas en invasiones y despojo, ganar, tener éxito… ¡que respetables!
Ante
tantos años de
silencio y el resurgimiento de la palabra de los , humanainvisibles, y el
concepto del buen vivir, la vida buena, seremos capaces de acallar el ruido, y
escuchar los viejos silencios, reconocernos parte de la diversidad biológica, cultural. En
Colombia aproximadas 65 lenguas y pueblos ancestrales, están aún vivas. Gracias a ellos, se han mantenido en
territorios, resguardos en conservación
de biodiversidad, aún en el planeta.
Estamos
en un punto de separación total, la gente compra guiones y experiencias, casas
decoradas y escenarios para sus fotos, las vacaciones y lujos se proyectan a su
“gusto” en resorts virtuales, las experiencias, texturas, olores… la
creatividad del ser humano, cada vez más controlada. Nominaciones tantas, construcciones mentales
de lo que debemos ser como humanidad dentro de los criterios de “les grandes
pensadores, científicos, empresarios, amos, políticos, Iluminati”.
Me descubro en el
juego magia memoria que alimenta, ya que es del silencio,
percepción del afuera y obnubilada por dentro, energía que
emerge en el flujo ondular en camino
desconocido
a la conciencia,
rescatar la
risa, más allá de aliarme de nuevo a las tristezas y el gemido
plañidero del designio, lucho contra la desolación,
estoy de luto
porque
se me ha muerto
la tristeza
(Niebla
de mar 1978)
no ser
la esperada, no cumplir la expectativa, sentirme fuera de lugar, del
cuerpo, del color de la familia, ser nombrada negra en la línea
paterna, diferente a mis hermanas, “negra,
gorda, torpe, imprudente, metepatas”, viví el dolor del
rechazo, percepciones de marca, discriminación, separación en un ambiente
de confort, amor, iglesia, normas, bienestar y el arribismo
inyectado para parecernos al que está más arriba por status y dinero, la
apariencia; hacerme paso, aprender
a caminar con pies planos, sin arcos hacia el mar y con una flecha
interior que me lanzó en tantos momentos al vacío, sirena sin raíz buscando flotar,